Cada animal presentó su caso, pero el colibrí Maya, con su pequeño tamaño y su rápido aleteo, impresionó a los dioses al explicar cómo podría visitar cada flor y ayudar a polinizarlas. Los dioses, impresionados por la inteligencia y el ingenio del colibrí, lo nombraron guardián de las flores.
Desde entonces, los mayas han considerado al colibrí como un animal sagrado, y han creído que tiene el poder de llevar los deseos y las oraciones de las personas al cielo. Además, el colibrí es considerado un símbolo de amor, alegría y gratitud.
Esta leyenda del colibrí Maya es una muestra del profundo respeto que los mayas tienen por la naturaleza y su interconexión con ella. A través de esta historia, se transmite la importancia de cuidar y proteger el medio ambiente y de valorar el papel vital que juegan los animales en nuestro mundo.
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